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Channel: Crisis Creativa
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Un sueño cumplido

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Hace ya casi tres meses, me comprometí a cumplir los deseos navideños de 10 lectores entre aquellos que mandasen su petición a mi correo (al correo del blog). No quiero adelantar acontecimientos. El caso es que es Gurrupurru, Carlos Rioja, ese tío que hace “El artista y la musa” me pidió que le diera un abrazo a alguien y os contase qué tal se siente en el blog. Me pareció una fantástica idea, y salió elegida en el sorteo. Pero después pensé cómo darle la vuelta, como cambiarlo todo. Dos meses y medio después, y con muchas cosas en la cabeza, ese post ha llegado.

Eran las 19:15 aproximadamente del Sábado 16 de Febrero. Salí del Metro con el corazón botando en el pecho, hasta el punto en que sentía que me iba a explotar. Iba a hacerlo. Iba a encontrarme con él, e iba a cumplir mi destino. Abrazarle. Cerrar un ciclo, dar un gran paso para mí como persona. Entré en el establecimiento y con mirada ansiosa lo busqué por todas partes. Pero no estaba. Volví al exterior, e hice guardia en la puerta, vigilé las calles, pregunté a la gente. Debía estar ahí. Era lo que se había acordado. Y de pronto, tras la ventana, le ví recogiendo su cerveza en la barra, y saliendo hacia el exterior.

Le abordé en la puerta. La primera mirada ya lo dijo todo, y como uno solo, nos unimos en mente y alma. Su voz me estremeció. Seguramente, mi olor corporal hizo que él hiciera lo propio (en previsión de este momento, y de que iba a pasar la tarde con los moderadores de Subcultura, llevaba un mes sin ducharme). Fueron unos segundos de euforia. Euforia por haberlo encontrado. Euforia porque aquel momento era real. Euforia porque su entusiasmo es contagioso como la lepra. Euforia por la cerveza que ambos llevábamos encima. Euforia, al fin y al cabo, porque la persona que tenía ante mí era JPelirrojo.

Una mirada que describe un mundo...

Una mirada que describe un mundo…

Si hay alguien que no sepa quién es JPelirrojo, no puedo extenderme. Baste decir con que es uno de los videblogueros más importantes y conocidos de la comunidad de Youtube España, que tanto mi querido Bóinez como mi admirado Randy han tenido movidas con él y… bueno, os dejo con una lectura alternativa. El caso es que finalmente, ahí estábamos. Dos mundos, unidos espiritualmente y a menos de un metro de distancia en el plano físico. Poco a poco me fui acercando. Aproximé mi cuerpo al suyo y me incliné para rodearle con mis brazos, y él hizo lo propio lleno de amor. Su barba de color naranja arañó mi rostro y en aquél momento me dije “hostia, te hacía más alto”. Pero también inspiré hondo, para captar su esencia, su aroma… nunca se sabe cuándo uno va a desarrollar poderes y va a poder rastrear hasta la muerte a su presa guiado por el olfato.

Fue fraternal, fue hermoso, además estuvo callado lo cual hizo que toda la experiencia fuese mucho más redonda. Y con redonda no me refiero al fotógrafo que me había acompañado ahí, y tomó instantáneas de tan hermoso momento (Vrede es más bien achatado por los polos). No queriendo que aquello terminase nunca, besé su mejilla desaliñada y le sentí sonreír de triunfo. Finalmente, oh desgracia, nos separamos. Sentí muchas cosas. Ganas de decirle que en realidad no he soportado completo ninguno de sus videos porque lo que cuenta no me interesa. También sentí ganas de morir de la risa, de pedirle autógrafos mil (cosa que no pudo ser porque estábamos en mitad de la calle y cargados de cerveza), y sobre todo, de pedirle que le diera otro abrazo a Vrede. Pero por encima incluso de aquello, sentí que había completado una etapa. Un momento concreto de mi vida. Me sentí liberado de una carga. No solo del secreto, la tensión y el ansia que había acumulado toda la semana para ese momento, ni tampoco de la ansiedad que me poseyó mientras lo rastreábamos por el 100 montaditos.

La calidad de las fotos es un poco cochambre, pero peor es un filtro de Instagram.

La calidad de las fotos es un poco cochambre, pero peor es un filtro de Instagram.

Me sentí realizado. Y era la primera vez que me pasaba en mucho tiempo. Y siquiera su sonrisa de “puto amo” que se le quedó en la cara mientras nos despedíamos logró cambiar eso.

Y por ese, y por muchos otros motivos, me veo obligado a no terminar este post y a continuar, tras este bello momento de colegueo con uno de los más duros enemigos de Crisis Creativa. Os debo sinceridad. No me gusta estar en Crisis Creativa. Estoy cansado y estoy aburrido de este blog. Y lo dejo. Necesito parar y reconocer, ante mí y ante vosotros, que no quiero seguir con esto. No estoy disfrutando, y ese era el origen de todo. No estoy siendo creativo, y eso era lo que hacía que esto tuviera sentido. Y no está aportándome nada bueno, y ese es el motivo para dejar cualquier cosa en esta vida. De modo que yo me bajo. Crisis Creativa empieza ahora una etapa sin mí, y yo empiezo una etapa de reflexión, de prueba y de aprendizaje de nuevas cosas a las que quizá no les he podido dedicar tiempo por la presión y la desgana que durante los últimos meses se ha apoderado de mí.

Quise vencerlo adquiriendo compromisos con vosotros, con los lectores, y no solo no lo he conseguido, sino que ha matado toda mi esperanza en retomar este blog con ganas en un momento próximo. De modo que no solo voy a romper mis compromisos con todos vosotros (regalos navideños inclusive), es que además no voy siquiera a comprometerme a volver a escribir jamás para Crisis Creativa. Igual sí, o igual no. Como he dicho, este blog ahora tiene un nuevo terreno de batalla, y es su continuidad sin mi trabajo. Me han prometido algunas colaboraciones (que saben ustedes que son siempre bienvenidas, y ahora más que nunca), tengo por ahí algunas personas con cosas que contar y tanto Bóinez como Nubis me han dicho que van a seguir publicando aquí siempre que tengan algo que contar. Yo lo seguiré de cerca, y espero que el nivel del blog mejore respecto a lo que he estado haciendo los últimos tiempos.

Es más, me quiero disculpar con vosotros por haber mantenido esto a desgana. No pienso volver a hacerlo.

Pues esto, pero a todas horas.

Pues esto, pero a todas horas. Obra de Gurrupurru.

Voy a hacer lo que no hice en el post de aniversario de Crisis Creativa. Voy a decir nombres, y me voy a dejar a gente sin nombrar y va a estar muy feo. Gracias a Hauclir, Nadieygris, Bóinez, Randy y Nubis por subirse a este carro conmigo. Gracias a todos los que han colaborado con artículos invitados alguna vez (siempre lo diré, vuestros artículos son lo mejor que me ha dado Internet), y con especial cariño también gracias a esos comentaristas que han sido tan importantes como cualquier autor: Mariods, Draug, Lograi, Coronel Dredd, Spike, Juan Arias, Ensis, Lord Urko, Neyebur, Ovi, Mull (el Sr. Mejillón), Joan13, Mr_Fail, Runciter, Gurrupurru, Fleibur, Siempre … todos, es absurdo intentar nombrarlos, de modo que los que queden fuera que no me lo tengan en cuenta, también me acuerdo. A la mayoría silenciosa, esos del “yo no suelo comentar pero lo leo”, porque se sienten, porque están ahí y también han sido el apoyo moral muchas, demasiadas veces para que esto siga… A los que antes comentaban y ahora callan (no me olvido de vosotros), y a los que antes callaban y ahora comentan. A Paco, que sabe que soy GAY. A los que fueron citados en el post 500. Gracias.

No me quiero poner emotivo, pero todo este post ha empezado con un abrazo, de modo que, ¿qué demonios esperabais? Ha sido un placer. Nos vemos en Twitter, en fosforoblanco(arroba)gmail.com, nos vemos en mi nuevo tumberele, nos vemos en Subcultura, o nos vemos en la calle. Un placer gente.

Mañana, ya, le tocará actualizar a otro.


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