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Yu Gi Oh VS Magic the Gathering

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Algunos lectores ya saben que Yu Gi Oh es un juego de cartas coleccionables que se opone firmemente a todo lo que yo considero bueno, justo, limpio y decente. De modo que cuando me pidieron que escribiera un post razonando esta fobia al juego japonés, no me quedó otra que plantearme si realmente quería hacer un análisis serio, o por el contrario dejar que mis vísceras hablasen y escribir un panfleto contra el juego, condenándolo a su propio círculo del Infierno sin más problema. Finalmente ganó la primera opción, y he dedicado los días a un exhaustivísimo trabajo de investigación para determinar qué hace que Magic the Gathering me parezca un gran juego y Yu Gi Oh una mierda infecta. Un trabajo de investigación con los 5 sentidos, empíricamente demostrable a cualquiera.

Dos sobres para un experimento...

Dos sobres para un experimento…

Empezamos con el aspecto de los sobres. Los dos vienen cerrados y tienen unas proporciones de rareza de las cartas que contienen. El de Yu Gi Oh! me costó un euro, mientras que el de Magic me costó 3. El primero está en castellano, el segundo en inglés, pero en castellano se puede comprar por 15 céntimos más. Mientras que el sobre de Yu Gi Oh! nos trae solamente 5 cartas (y una especie de relleno), el de Magic nos trae 15 cartas (y un Token, también relleno). Por tanto, en cuanto a precio estamos hablando de uno bastante similar, aprox a euro las 5 cartas. Vale, primera defensa a Yu Gi Oh. Por el precio de un sobre de Magic compras 3 sobres del juego japonés, que sí, son la misma cantidad de cartas, pero no la misma proporción en cuanto a la “rareza” y “valor” de las cartas.

Una vez abierto llegan las comparaciones. Primero olfativas. Las cartas Magic tienen olor a papel y tinta, lo normal. Pero la tinta con la que imprimen Yu Gi Oh! debe estar hecha con cadáveres de japoneses, porque huele a rayos. El olor es tal que una semana después de abrir los sobres, y guardadas en una caja con las Magic, las Yu Gi Oh siguen oliendo a rancio, mientras que las Magic ya prácticamente no huelen a nada. Al probarlas al gusto ambas saben más o menos a lo mismo, papel pintado, pero las Magic son, por su aroma neutro, más apetecibles.

Les doy un tenedor y medio a cada una.

Les doy un tenedor y medio a cada una.

En cuanto al tamaño, las cartas de Yu Gi Oh son un poco más delgadas que las Magic, esto es, viene menos cartón por carta. Y como todos los que conocemos Flames of War sabemos, pagar por menos cantidad está mal, ergo, mal para Yu Gi Oh… Pero no solo eso. Al tacto de las manos las Yu Gi Oh son menos suaves, menos “resbaladizas”  que Magic. Es como si las Yu Gi OH ya asumieran que las vas a volver pringosas de ganchitos y dulces japoneses cuando juegues con ellas. Y se barajan algo peor.

Y visualmente, ceo que es fácil determinar la superioridad de la presentación de Magic. No solo por el reverso espantoso del otro juego, sino por las ilustraciones de cada uno de los juegos. Mientras que en Magic contamos con artistas como Peter Mohrbacher o Zoltan Boros, en Yu Gi Oh todas las cartas aparecen firmadas por Kazuki Takahasi, creador de Yu Gi Oh! y cuyo estilo manga no le alcanza para dibujar fondos a las ilustraciones, sustituyéndolos por filtros cutres del fotochop o decenas de rayitas y nubes estilo Liefeld.

Comparación odiosa entre dos cartas que me han tocado en los sobres.

Comparación odiosa entre dos cartas que me han tocado en los sobres.

Pasado el examen sensorial sobre las cartas, vamos directamente al juego. Y aquí es donde el análisis se vuelve algo más complicado, dado que llevo jugando a Magic the Gathering más de 10 años, mientras que Yu Gi Oh es un juego que nunca he jugado. Por eso he contado con el consejo de un experto jugador para que me eche una mano con algunos de los conceptos y entresijos del juego.

En ambos juegos el objetivo es bajar la vida del oponente a 0 utilizando cartas, que se van robando de un mazo, entrando a formar parte de tu mano hasta que las juegas y las dejas en la zona de juego. Una forma alternativa de ganar es que un jugador agote su mazo, en cuyo caso pierde. La principal diferencia es que en una partida de Magic el jugador tiene 20 vidas, mientras que en uno de Yu Gi Oh el jugador se mueve entra las 2000 y las 8000 vidas. ¿Hace esto más larga una partida de Yu Gi Oh? No, porque la mayoría de las cosas que hacen daño en Yu Gi Oh hacen igualmente cantidades disparatadas de daño (1400, 2400…) Entonces, ¿por qué no redondear el juego? ¿Por qué no hacer que el jugador tenga… 200 vidas, en lugar de 2000, quitando un 0 final a todos los ataques y daños? Pues porque no. Y punto. Nada práctico. Su único sentido es que la chavalada se motive diciendo cifras descomunales de daño que no aportan nada al juego. No digo que tengan que bajar a 20 vidas como Magic, pero no le veo el sentido práctico a jugar con contadores de 8000 vidas.

Jugado medio de Yu Gi Oh en su primer turno.

En ambos juegos se juega con Monstruos que se juegan para atacar al contrincante. No voy a meterme mucho con el hecho de que en Magic sean magos, guerreros, elfos, trasgos y demás criaturas de fantasía heroica mientras que en Yu Gi Oh sean nombres absurdos y multilingües como “Dragón Gravi-Crush” o “Exodius, el Señor Prohibido Definitivo” (no como el resto de Señores Prohibidos, asumo)… Como digo, todo suena un poco a flipada japonesa de estas de gesticular mucho y gritar, pero vale. El caso es que en Yu Gi Oh los monstruos más básicos se juegan gratis, mientras que los más poderosos puedes jugarlos desde tu mano descartando algún monstruo más pequeño que ya tengas en juego.

Por contra, en Magic todas las cartas tienen un coste en “maná” que hace que los turnos de los jugadores sean más o menos equilibrados independientemente de las cartas que tengan en su mano (salvo casos extremos de manos con cartas muy buenas o muy malas). La cantidad de Dragones Gravi-Crush que te toquen en la mano no importan, porque si su coste es de 1, y solo puedes pagar 1 en el primer turno, solo podrás jugar uno. En Yu Gi Oh podrían jugarte todos los bichos de nombres absurdos que quieran tengan en la mano, haciendo el azar de las cartas un poco más importante que en Magic.

Otra comparativa entre dos cartas de los sobres.

Otra comparativa entre dos cartas de los sobres.

El resto de cartas de Yu Gui Oh se jugan en zonas aparte de un tapete. ¡Tapete! Efectivamente, para jugar a Yu Gi Oh con propiedad hace falta jugar con un tapete separado por zonas. Cartas mágicas y Cartas de Trampa conviven en ese confuso grupo de “cartas que no son bichos” con textos confusos y nada aclaratorios. Por otra parte, no diremos que los textos de las cartas de Magic no sean incognoscibles para el no iniciado. Pero voy a hablar en favor de Magic otra vez y es en el sentido de la traducción. Y es que las cartas de Yu Gi Oh en su traducción al castellano han dejado sin traducir algunas cosas, como el nombre de las fases del turno (End Phase) o el nombre del mazo (Deck). ¿Por qué traducir las cartas así? ¿Por qué parece un “manga” de Subcultura? Por supuesto, esto le resta al juego el poquísimo respeto que podía llegar a tenerle.

En conclusión, que en cuestión de precio quizá Yu Gi Oh sea ligeramente mejor (pero muy muy poco), pero las cartas de Magic tienen mejor presentación y no huelen a mierda. En cuanto al sistema de juego, ambos son bastante suyos y pueden no gustar a todo el mundo, pero mientras que Magic apuesta por lo pragmático, Yu Gi Oh apuesta por un sistema de flipadez antinatural e innecesario que alcanza su cenit en no traducir todas las palabras (ya sabemos que todo lo que está en inglés mola más). En general estamos ante un juego mucho más infantil que tira de recursos facilones para atraer a chavales impresionables con sus fondos photochopeados y sus paridas mangakas. Decid NO a Yu Gi Oh. Aquí os dejo mi último argumento:

Un regalo navideño a Gancho, primero en pedir algo estas Navidades.


Archivado en: Juegos

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